Please use this identifier to cite or link to this item: http://hdl.handle.net/20.500.12984/1183
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dc.contributor.authorPIÑA AGUIRRE, DELIA MARÍA
dc.creatorPIÑA AGUIRRE, DELIA MARÍA
dc.date.issued2011-11-15
dc.identifier.isbn1404257
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/20.500.12984/1183-
dc.descriptionTesis de licenciatura en historia
dc.description.abstractSe buscó la forma de mostrar ligeramente los antecedentes de las aduanas fronterizas en el territorio de la Pimería Alta. Para ello, fue necesario el conocimiento de la ubicación y fundación de los pueblos de misión en esta región, por pertenecer al mismo espacio. Por las coincidencias regionales de aspectos demográficos, sociales y económicos, se obtuvo, una panorámica de Sásabe. El análisis de algunos trabajos sobre el siglo XIX, mostró que ni el paso del tiempo ni la independencia de México habían beneficiado las situaciones de estos poblados. Se plantearon las circunstancias previas a las pérdidas territoriales de 1848 y 1853, que son las que estipularon la instalación actual de la línea fronteriza. Sucesos que al interior de Sonora, estuvieron acompañados de conflictos económicos y políticos, que redundaron en el descuido de la frontera al norte del estado. Lo anterior postergó la instalación de las aduanas fronterizas, y no va a ser hasta 1874 que se inicia la materialización de la frontera. Aunando a lo anterior, el débil federalismo que imperaba en México, obtuvimos una serie de dificultades para el correcto funcionamiento de las aduanas fronterizas, instancias nombradas por el gobierno federal tras la demarcación territorial. En un primer momento, su establecimiento pareció basarse en la importancia de la comunidad en que se instalaría (cabeceras de distrito: Altar, Magdalena), más que en la ubicación de la misma, entiéndase la distancia entre la oficina de aduana y línea divisora. Esta fue razón suficiente, para que su presencia resultara insignificante en los asentamientos al margen de la frontera. Con respecto al límite norte de Sonora, fue esencial el estudio de los casos de deslinde, pues trajeron consigo la movilidad de las mojoneras que indicaban el fin del territorio mexicano y el inicio del estadounidense. Sásabe se vio afectado por esta situación en dos ocasiones, primero en 1874 con la agrimensura llevada a cabo por Carlos F. Seele y en la siguiente década por la compañía de límites estadounidenses. Para nuestro objeto de estudio, las consecuencias fueron la movilidad de la población en busca de un nuevo espacio apto para habitar. La diferencia entre los dos casos fue que para 1880, Sásabe funcionaba como una de las dos aduanas del desierto sonorense, por lo que su cambio de ubicación debió incluir el traslado de esta instancia federal. Esta confusión en torno a las demarcaciones territoriales va a ser otra problemática que se verá reflejada en el funcionamiento de las aduanas fronterizas, sobre todo por los perjuicios que ocasiona la avasallante posición expansionista de Estados Unidos. Además se encuentra el contexto en el que se desarrollan los pueblos del desierto sonorense: presencia de ataques de indígenas y apaches, hacia finales del siglo XIX también bandidos, y, la escasa ayuda del gobierno. Visto de esta manera, el origen de la conformación de la frontera en Sonora, que se inicia con la venta de la Mesilla en 1853, reflejó una imposición del gobierno federal, sin proporcionar información inmediata al estado. Esto se deja ver dos años después del traspaso, con un acta enviada por los vecinos de Guaymas, solicitando la recuperación del territorio. El nuevo perímetro territorial sólo requirió de señalamientos, sino de la conformación de una sociedad con características específicas, entre ellas la adquisición y aplicación del concepto de límites nacionales, algo que por distancia y federación le tocaba al gobierno estatal. De igual forma, las personas que iniciaron el poblamiento de Arizona, carecían de la misma idea, lo que provocó fricciones, por cuestiones territoriales. Los nuevos colonos, allende la frontera, se encontraron deseosos de seguir avanzando al sur, y los sonorenses decididos a impedírselo. El conflicto entre los ámbitos federal y estatal, será entonces consecuencia de los factores mencionados, pues las dos fuentes de poder, tienen el dominio de diferentes espacios. No obstante, carecen de convivencia, ya que el gobierno federal se había mantenido al margen, tanto de las acciones internas de Sonora, como de sus problemáticas. Razón por la que a los sonorenses que habitaban la franja fronteriza, les resultara ilógico que un extraño, le impida pasar determinado producto estadounidense, basándose en la ley de aduanas, argumentando que es la nueva frontera con Estados Unidos. Situación que se agravó cuando se dio el cambio de aduana de Altar a Sásabe, pues en su primer ubicación, las poblaciones sobre la línea, entre ellas la nueva aduana, quedaban fuera de las imposiciones de esa oficina. El conflicto se extiende, tras la ausencia de inversión federal en las localidades del Distrito, incluida la seguridad, de la misma aduana. Tras la salida del erario, producto del cobro de impuestos, no hay una vuelta de este fondo para cubrir necesidades del Estado de Sonora, como bien señala Rodolfo Acuña. Tomando en cuenta las particulares del Distrito de Altar, resulta peculiar que el Administrador de las Rentas de Altar sea acusado de Peculado, por haberle entregado dinero al Prefecto para el manejo de la administración de la prefectura, aun cuando el sustento de los celadores y funcionarios públicos está en juego. De igual forma, se presentan otros conflictos que marcan arbitrariedades o irregularidades en el funcionamiento de las instancias federales; los documentos nos permitieron ver que la mayoría de estos problemas, entre las dos esferas de autoridad, tienen que ver con el uso de los fondos. Los recursos obtenidos a partir del cobro de derechos serán significativos en el caso de Sásabe (gráfico 1), podríamos decir fue una etapa de auge, opacada por la imponente aduana de Nogales, y el establecimiento del ferrocarril. Argumentos que aunados a los ya expuestos, sostuvieron el contexto necesario para la presencia de contrabando a gran escala. En el caso específico del espacio y tiempo de estudio, se reconoce, por medio de fuentes documentales, que dicha actividad estaba fuertemente ligada al comercio de textiles. Primero por la cantidad y continuidad con que estos productos aparecen en los casos de decomisos y segundo por el bajo costo de adquisición en Tucson. Es importante señalar, que si bien, las indianas y lienzos, eran los productos de contrabando “por excelencia”, no eran los únicos. Artículos de hogar, prendas de vestir, calzado e incluso alimentos, eran algunos de los que acompañaban a los anteriores, con grandes diferencias en volumen. Señalaremos la presencia de alimentos, como prueba de la cotidianidad de adquirir productos en Tucson a menor precio y de forma accesible (distancia), en vez de en Altar o Hermosillo. Estas actividades comerciales, legales o no, generadas a partir del establecimiento de la aduana, garantizaron la permanencia del Rancho del Sásabe a finales del siglo XIX. Sin embargo, sus particularidades, por demás mencionadas, no le ocasionaron aumentos poblacionales: no dejará de ser una ranchería. Incluso según se manejó en la investigación, José Vasconcelos, como habitante del Sásabe, en un tiempo posterior al de nuestra investigación, argumenta que los pobladores, se limitaban a los funcionarios de la aduana. Por otro lado, hay aspectos pendientes, para futuras investigaciones, según las memorias de Gobierno de Rafael Izábal y de Ramón Corral, en la región de Sásabe se registraban contrabando de ganado. Algo que no sería extraño, pues Ramón Araiza Gaxiola, propietario del rancho, es un ganadero en la década de 1870. No obstante, tras la revisión de algunos documentos, no se ha encontrado sustento para esta información. Otro sería, el establecimiento en 1884 de la zona libre para lo cual se seleccionaron ciertas aduanas del norte de México, en el caso de Sonora fue Nogales; esto reavivará los conflictos entre el ámbito local y federal. En el caso de Sásabe esto ocasionó un severo conflicto con sus ingresos, fomentando así el contrabando de la región. Por el contrario el poblamiento y economía del territorio de Nogales verá un crecimiento acelerado, de hecho en julio de ese mismo año, se le declarará municipalidad, pues ya contaba con el número de habitantes correspondientes.
dc.description.sponsorshipUniversidad de Sonora, División de Ciencias Sociales, 2011
dc.formatPDF
dc.languageEspañol
dc.language.isospa
dc.publisherUniversidad de Sonora
dc.rightsopenAccess
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0
dc.subject.classificationCIENCIAS SOCIALES
dc.subject.lccHF2666.M6.P55
dc.subject.lcshAduanas
dc.titleSásabe: aduana fronteriza y contrabando 1870-1882
dc.typeTesis de licenciatura
dc.contributor.directorVALENCIA ORTEGA, ISMAEL
dc.identificator5
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