Relación entre la distribución familiar de las tareas de cuidado y el bienestar percibido por cuidadores familiares de adultos mayores

Abstract

Antecedentes: El envejecimiento de la población es el hecho demográfico contemporáneo más notorio a nivel mundial. Este fenómeno se presenta en México ante pronunciadas situaciones de inequidad social y serias alertas epidemiológicas. Los mecanismos de apoyo institucional en México son escasos de modo que hoy en día, el Estado delega en la familia la mayor parte del cuidado; y la familia a su vez, en pocas o en una sola persona, generalmente mujer. Son múltiples las evidencias indicando que el rol de cuidado puede generar afectaciones de salud, psicológicas e interpersonales dada la sobrecarga emocional, física, económica de quien desempeña esta labor. Justificación: Los estudios sobre resultados adaptativos del cuidador han privilegiado análisis de características individuales del cuidador y condiciones de salud-enfermedad del adulto mayor, desconsiderando aspectos sociales que contextualizan la dinámica del cuidado, como la participación familiar en las responsabilidades del mismo. Objetivo general: Analizar la relación entre la distribución familiar de las tareas de cuidado y el bienestar percibido por cuidadores familiares de adultos mayores. Metodología: Diseño no experimental, transversal mixto (abordaje cualitativo y cuantitativo); participaron 189 cuidadores familiares de adultos mayores, seleccionados no probabilísticamente. Resultados: En la parte de análisis cualitativo, los análisis de contenido revelaron que los cuidadores refieren distribución de responsabilidades cuando existen recursos familiares de tipo afectivo y/o estrategias prácticas para proveer el apoyo regularmente (ej. cohesión familiar, acuerdos entre familiares) así como estrategias emergentes para subsanar la falta de apoyo de otros familiares (ej. participación de nietos, petición explicita de apoyo); el cuidado no se distribuye cuando las decisiones familiares se apegan a normas sociales que promueven la concentración de tareas en miembros específicos (ej. División sexual del trabajo doméstico, co-residencia con el mayor) y existen patrones de comunicación ineficientes (ej. repartición inequitativa, conflictos entre hermanos). La satisfacción con la distribución del cuidado obedece a valoraciones personales positivas del cuidador hacia el cuidado (ej. satisfacción personal por cumplir, revaloración positiva de condiciones desfavorables) y a factores extrínsecos que aminoran las demandas del cuidado (baja dependencia funcional del mayor y apoyo familiar efectivo), mientras que la insatisfacción se reporta por discrepancia con otros familiares (ej. desinterés o mal trato de otros hacia el mayor, repartición injusta entre hermanos) y sobrecarga percibida (costos personales del cuidado y multiplicidad de demandas sociales). Análisis bivariados indicaron asociación entre distribución y satisfacción (r=.579; p≤.001), distribución y bienestar percibido (r=.244; p≤.001), satisfacción y bienestar percibido (r=.379; p≤.001). Por su parte, en el análisis cuantitativo efectuado mediante análisis de trayectorias (path analysis) se verificaron cuatro modelos de relaciones multivariadas entre las puntuaciones continuas de distribución, satisfacción, bienestar y demandas del cuidado, encontrándose que el modelo de efectos independientes de distribución de tareas del cuidado y demandas objetivas del cuidado hacia el bienestar, es el que muestra mejor bondad de ajuste [χ²(3) = 4.539 p=.209; χ²/gl = 1.513; CFI = .986, RMSEA = .051; SRMR = .0583]; ese resultado sugiere que la distribución del cuidado se relaciona positivamente con la satisfacción del cuidador (β=.58; p≤.001) y ésta a su vez se relaciona positivamente con su bienestar (β=.36; p≤.001); por su parte, las demandas objetivas del cuidado predicen negativamente al bienestar del cuidador (β= -.14; p≤.01). Conclusiones: La satisfacción y distribución familiar de las tareas del cuidado explican mayor variabilidad del bienestar del cuidador que las demandas objetivas que el cuidado impone. Estos hallazgos contrastan con la idea que vigora en la literatura que propone que un mayor número de síntomas y enfermedades del adulto mayor significan un mayor deterioro en el cuidador familiar, desconsiderando el efecto amortiguador del potencial de apoyo del contexto familiar. Ya que, al ser este el contexto interpersonal más próximo e influyente en la vida del ser humano, es la familia quien juega un papel fundamental en los procesos de estrés o bienestar del mismo.