Crianza y contexto escolar en la formación y regulación de emociones en niños de primer grado de una institución privada en Hermosillo

Abstract

Hace casi 20 años atrás, profesionales en ciencias sociales atribuían que los problemas de los niños podían explicarse por los cambios complejos que se han producido en las pautas sociales en la última mitad del siglo XX, incluyendo el aumento del porcentaje de divorcios, la influencia penetrante y negativa de la televisión y los medios de comunicación, la falta de respeto hacia las escuelas como fuente de autoridad, y el tiempo cada vez más reducido que los padres le dedican a sus hijos (Shapiro, 1997). A pesar de que lo enunciado nos antecede en casi dos décadas, lamentablemente es vigente a las circunstancias actuales. Inclusive y de manera lamentable las cifras relativas a los aspectos conductuales de orden negativo en nuestra sociedad cada día están en incremento, enfrentándonos ante la auténtica crueldad de que muchos de los crímenes son perpetrados por niños. Cabe preguntarse, ¿qué es lo que ha ido mal en el desarrollo de los niños que actúan con violencia? El problema es muy complejo pero, esto no significa que baste ser solo espectadores de la situación, sino por el contrario es preciso considerar a los infantes como individuos activos de la sociedad y de la necesidad que impera de formar a sujetos en la toma de decisiones sobre su propio desarrollo y sugerir sobre juicios y soluciones en contextos familiares, escolares y en comunidad (Apud, 2011). El individuo y su desarrollo emocional dependen, en parte, de la primera infancia y será más favorecida en la medida que exista armonía entre los contenidos de educación y crianza con el desarrollo evolutivo.